jueves, 9 de septiembre de 2010

Lunes 7 de Junio de 2010

- ¿Y estaba lleno?
- No, estaba vacío.

Hace diez minutos había visto un colectivo marcharse vacío y no lo había podido tomar. Cosas que duelen.

La señora que me preguntó eso se fue indignada. Sin embargo yo esperé. Esperé porque el 109 es el colectivo al que le soy fiel, el que me lleva por caminos de poesía... y el que me deja en la puerta de mi casa.

Como dije alguna vez, el lunes a la tarde la gente quiere llegar a su casa, y la calle lo sabe, lo siente y lo dice con cada bocinazo.

Subo al colectivo y después de 24 minutos mi humor no es el mismo. Quiero empujar a todo el mundo.

Sí, a vos: anteojitos y flequillo, te quiero empujar. A vos, que te estás sentando en ese lugar que es mío: te quiero empujar. A vos, que escuchas heavy metal y pensás que todo el colectivo comparte tus gustos musicales, o te empujo yo o alguien te tira el mp3 por la ventana.

Gracias a Dios, llegó mi parada.

Lamentablemente no hubo tiempo ni lugar para contemplar la poesía.

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