viernes, 24 de septiembre de 2010

Epifanía Informática

La vida es como las computadoras: Los problemas se solucionan apagando, prendiendo y volviéndo a empezar.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Lunes 7 de Junio de 2010

- ¿Y estaba lleno?
- No, estaba vacío.

Hace diez minutos había visto un colectivo marcharse vacío y no lo había podido tomar. Cosas que duelen.

La señora que me preguntó eso se fue indignada. Sin embargo yo esperé. Esperé porque el 109 es el colectivo al que le soy fiel, el que me lleva por caminos de poesía... y el que me deja en la puerta de mi casa.

Como dije alguna vez, el lunes a la tarde la gente quiere llegar a su casa, y la calle lo sabe, lo siente y lo dice con cada bocinazo.

Subo al colectivo y después de 24 minutos mi humor no es el mismo. Quiero empujar a todo el mundo.

Sí, a vos: anteojitos y flequillo, te quiero empujar. A vos, que te estás sentando en ese lugar que es mío: te quiero empujar. A vos, que escuchas heavy metal y pensás que todo el colectivo comparte tus gustos musicales, o te empujo yo o alguien te tira el mp3 por la ventana.

Gracias a Dios, llegó mi parada.

Lamentablemente no hubo tiempo ni lugar para contemplar la poesía.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Mal humor de mañana

Jueves 3 de Junio del 2010

9 hs. El colectivo se arrastró por Córdoba entre los autos tropezando cada tanto.

Una chica se para y ocupa los asientos individuales. ¿Cómo no se me ocurrió a mí?

Llego a la facultad.

La gente de la mañana es insoportable. Una vez un amigo me dijo "los que estudian a la mañana son los que la pasan bien, los de la tarde son laburantes y los de la noche son gladiadores". Bueno no sé si tendría razón y tampoco quiero ofender a nadie pero para mí hoy se aplica.

El teórico del aula 201 parece un salón de fiesta.

Eso me irrita.

La gente charla como si fuese una tertulia. 

Un grupo de tres chicas sobresale de ente la masa. Conversan entusiasmadas en frente mio. Gesticulan con las manos todo lo que dicen y utilizan un nivel de vos que intenta ser susurrado pero termina siendo aún más irritante. No consigo imaginarme de qué tanto tienen que hablar, la conversación empezó hace aproximadamente una hora y no hubo una sola pausas. Si surge alguna es la necesaria para tomar un poquito de aire y seguir.

Creo que las quiero matar, en especial a la del medio. Evidentemente es la que dirige la charla. Es su líder. Hay gente que habla mucho pero esta mujer desconoce lo que es el silencio. Tiene una vinchita con un moño de costado y un típico saco de señora. A partir del momento en que escribí esto me empezó mirar fijo, se da vuelta cada tanto para mirar a sus amigas pero después vuelve y me sigue acusando con la mirada. Evidente además de tener el super poder de hablar sin parar esta chica también puede leer las mentes. Aterrador.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Lunes 31 de Mayo de 2010

El 109 del lunes es más agitado. Un golpe de suerte me otorgó un asiento inesperadamente.

A veces pienso en que alguien se detenga a leer lo que escribo (como haría yo si estuviese en su lugar) y me río sola: Una chica con dificultades motrices causadas por el exceso de abrigo se sienta y se apura a sacarse la mochila para desenfundar cuaderno y birome. Cualquiera diría que está escribiendo algo importantísimo por la ansiedad con la que abre la mochila  y saca sus cosas, pero no, no son más que las desventuras del poema que ha logrado obsesionarme y que tarde o temprano atesoraré en estas páginas.

Son las cinco de la tarde, la hora en que los chicos salen del colegio. Volver a mi casa a esta hora me hace sentir una niña. Llego y me tomo un café con leche cuando todavía hay luz.

"Canastas podridas" 

Eso es todo lo que logré rescatar recién. Esta vez el inconveniente fue la velocidad. El conductor de las cinco de la tarde está más apurado que el de las nueve del viernes.Yo creo que también quiere llegar a su casa a tomar el té con luz. Llegar y que haya olor a café, y en una de esas facturas.

Llegó mi parada.