lunes, 23 de agosto de 2010

Así empecé

Viernes 14 de Mayo de 2010

Las luces eran violetas, los agarradores se mecían con el movimiento del vehículo .

Una pareja se bajaba del colectivo. Él tenía una niña de tres años en brazos y era pelado. Ella también y usaba un pañuelo negro en la cabeza.

Al fondo hablaban unas chicas, no se escuchaba de qué pero no era difícil imaginárselo.
"Los cartoneros
Arrastran canastas"
Cerca de la puerta había una chica con un cuaderno. Siempre intentaba copiar esa frase escrita en la pared de un edificio abandonado, pero nunca lograba terminarla.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Crónicas de un 109

28/05/2010

Lo mismo de siempre "1.20, por favor". Esta vez tuve la suerte de poder sentarme. La gente parece igual a la de todos los días. Muchos estudiantes que salen de Sociales, jubilados y los que se quedan dormidos al fondo con cara de preocupados.
Hoy tengo una misión. La de siempre. Un repentino cambio de lugar resulta estratégico. Al lado de la ventana y con asiento individual.

A veces me gustaría que la gente del 109 fuese más quilombera: una pelea por un asiento, una disputa a muerte, chismes criticones entre amigas, historias ajenas... Lamentablemente, al menos hoy, no es el día. Son las nueve de la noche del viernes y creo que los pasajeros sólo pensamos en llegar a nuestras. casas El silencio se escucha entremezclado con los ronronéos del motor. El colectivo mece a sus pasajeros en un sueño profundo y las manijitas del techo se balancean.

Llegó el momento. No vi nada. El colectivo estaba más arrimado a la otra vereda, y segundos antes, se me atravesó otor imposibilitándome la vista.

Es evidente que el destino está metiendo mano en esta historia. Ese poema callejero se escapa de mí, se niega a ser objeto de mi entretenimiento en en el aburrimiento del colectivo.

La primera vez que lo vi lo pude leer entero. El colectivo se detuvo precisamente en el lugar más indicado y lo recorrí verso por verso, sin ningún apuro. Después nunca más se alinearon los astros. 

"Los cartoneros
Arrastran canastas
juntando del suelo..."

Creo que hoy divisé un "en la ciudad" pero no estoy segura.

Llegó mi parada.

viernes, 13 de agosto de 2010

Las etapas del bondi

Así como existen las estapas de un duelo y las etapas del héroe, he descubierto, luego de extensas investigaciones, que existen también las etapas de la espera de un bondi. Las cuales son transitadas necesariamente a pesar ser vividas casi todos los días.

1)Primera Ilusión

El pasajero llega a la parada con esperanza. Ya consiguió monedas y está en camino ansioso por llegar a destino lo cual no es poco. Que el colectivo llegue a tiempo y vacío tampoco parece mucho pedir.


2)La pequeña demora


La pequeña demora es una etapa casi puber que sólo se caracteriza por el sentimiento constante de "ya debe estar por llegar". Su duración depende de la personalida de cada pasajero.

3)Ira

Luego de haberse autoengañado durante un tiempo indefinido con los sentimientos propios de "la pequeña demora", el pasajero se siente estafado. Recuerda todas la cosas importantísmas que tiene que hacer, como ver la novela de la tarde o mirar fotos de desconocidos en facebook, y que no va a poder hacer a causa de esta espera . Allí es cuando comienza a transitar la etapa de la ira. Las formas de reacción varían de acuerdo a la personalidad de cada uno. Hay quienes escuchan música, yo personalmente a veces insulto en voz alta y otras me imagino que me convierto en el increíble Hulk, le arranco el techo a un auto y lo arrojo al infinito causando un caos con ambulancias y bomberos en la ciudad.


4)Cábala

El pasajero se prende un cigarrillo y está convencidos de que su consecuencia inmediata es la aparición de un colectivo que dobla por la esquina y además viene vacío. El pasajero no fumador en esta etapa puede caer en lo que llamo "la falsa resignación" diciendo "Bueno, me tomo el subte, total"... Error, está científicamente comprobado que cuando están más o menos a una cuadra  de la parada ven pasar al colectivo y vacío.


5)Espejismos

La etapa "Espejismos" rosa el delirio. Cuando el pasajero la transita cualquier colectivo visto a más de cinco metros, aunque tenga cinco cifras menos o sea un escolar,  puede ser idéntico al que está esperando. Todo con tal de mantener viva la esperanza. En mi caso por ejemplo, un 36 escrito en verde luminoso que dice PLAZA ITALIA, a unos metros de distancia, puede ser idéntico a un 109 escrito en blanco y que va once. Las secuelas de esta etapa pueden seguir presentándose en las que le siguen de manera esporádica.

6)Desperación

Esta etapa es la anteúltima y la peor la de todas. En ella el pasajero en un acto de genuina desesperación (como su nombre lo indica), es capaz de todo contal de hacer la espera más amena. Es entonces que fomenta una conversación con algún otro pasajero. Éstas generalemente intentan fabular teorías sobre los motivos de la demora ya sea que hay paro en tal lado, que llueve en parque chacabuco, que hubo un tsunami o que este es un país de mierda. Se escuchan mucho las frases "¡Como tarda!" y "¡Justo cuando llegué se fue uno y estaba vacío!" o "Recién uno siguió de largo".

7)Resginación

La resignación se caracteriza por la obtención de cierta madurez y una actitud de experiencia ante la espera. Nadie sabe cuánto puede llegar a durar, pero en ella el pasajero es capaz de considerar todo lo que ya vivió y se da cuenta no sólo de que ya falta menos, sino también de que nada puede ser peor.

Llegada

miércoles, 11 de agosto de 2010

Nota de Lector "El Olor de la India"

El narrador del “El olor de la India” se siente extraño al lugar. Se muestra ajeno y fascinado. Esté ansioso por saciar su curiosidad y salir a recorrer este país desconocido para él. No le interesa salir a ver lo turístico, lo monumental, sino que quiere adentrarse en lo más íntimo de la India.
“Son las primeras horas de mi estancia en la India y no sé cómo dominar la bestia sedienta encerrada en mi interior, (...)”.

El cronista describe constantemente. Observa minuciosamente lo que lo rodea y lo describe. No le interesa demasiado ser objetivo. Todo lo que cuenta pasa por el filtro de su visión, el relato está cargado de subjetividad. Así es como, según su impresión, sus gustos y sus preferencias, nos va narrando lo que sucede. Y acudiendo muchas veces al uso de metáforas y comparaciones, nos cuenta lo que le desagrada, lo que parece bello y los recuerdos que le suscitan las imágenes.
“(...) pobres vacas cuya piel se había vuelto de barro, obscenamente flacas, algunas pequeñas como perros, (...)”

El paisaje pareciera abrumarlo. Está lleno de tiendas, de coches, de vacas y sobre todo de gente. La India es un país superpoblado y quien narra nos lo hace saber. No se detiene demasiado a mirar monumentos o edificios, son breves momentos en los que contextualiza al lector. Lo que lo rodea es gente. El otro. Lo que le llama la atención durante la crónica es el otro, el otro hindú. Lo que viste, lo que hace, sus expresiones. Por momentos pareciera que sus habitantes son lo único que decora el paisaje. Este hindú complejo, al cual él mismo no quiere reducir a lo simple, a lo predecible; sino que quiere conocer con profundidad. Los observa con curiosidad y fascinación pero en ocasiones se muestra desconcertado. Se enternece con su cortesía y paciencia, pero se exaspera con su pasividad y con su resignación.
“(...)los indios se levantan con el sol resignados, y resignados empiezan a ocuparse de algo: (...) nunca están alegres sonríen a menudo, es cierto, pero es una sonrisa de dulzura, no de alegría”.
Incluso se muestra asqueado. Lo desagradable no deja de estar presente en la crónica. La India le agrada y le fascina pero también le repele. Lo sucio, lo grotesco, la miseria. No lo dice de manera de despectiva ni agresiva, sino que lo hace saber, lo quiere transmitir, que el lector esté ahí y lo observe de cerca. No es casual el título de la crónica “El olor de la India”.
“Las calles están ya desiertas perdidas en su polvorientos, seco, sucio silencio tienen algo de grandiosos y al mismo tiempo miserable”.
Este narrador es un cronista que nos muestra la India y sobre todo nos permite ponernos sus lentes y verla desde su visión.